Celler Batea, historia viva del vino
Autor/a:      21/07/2022 11:54:42    Comentarios O
Celler Batea, historia viva del vino

"Lleva tiempo llegar a ser joven" con esta frase de Pablo Picasso como bandera la gente de Celler Batea lleva décadas imprimiendo su espíritu de inconformismo en cada vendimia. El vino y la tierra, según ellos, son la expresión de su cultura e identidad y gracias a ello han conseguido llevar al mundo vinos llenos de personalidad y fuerza.

Para conocer la tradición vinícola de Celler Batea hay que remontarse a la época de los fenicios que establecieron rutas comerciales con diferentes puntos geográficos entre la península ibérica, siendo una de ellas a través de la desembocadura del río Ebro en el mar Mediterráneo, como la actual Batea, situada a menos de 50 km de distancia. Fue en este momento, en el siglo VII a.C., cuando esta tierra tuvo su primer contacto con el vino.

El vino con el que comerciaban los fenicios adquirió gran valor entre la población local reservándolo exclusivamente para ritos ceremoniales, lo que dio lugar a las primeras producciones propias.

No fue hasta finales de 1950 cuando un grupo de viticultores de Batea, conscientes de la importancia social y económica que representaba el cultivo de la vid, decidieron dar un paso adelante uniendo voluntades y recursos en la creación de Celler Batea.

Sus inicios no fueron fáciles. En un contexto general de precariedad y bajo el principio de hacer más con menos, los 101 viticultores fundadores de Celler Batea construyeron las instalaciones originales al mismo tiempo que cultivaban los viñedos, culminando en 1961 con la elaboración de la primera añada constituyendo el primer paso de un largo camino andado hasta hoy.

Ha transcurrido más de medio siglo desde que la gente de Celler Batea, con inseguridad pero llenos de pasión y esfuerzo, empezó a andar el camino que ha ido dibujándose fruto de la experiencia.

En la actualidad, las nuevas generaciones, mantienen el optimismo y continúan poniendo lo mejor de cada uno de ellos en los vinos que elaboran.

Los vinos de Celler Batea responden a la cultura vitivinícola de su tierra, desarrollando el potencial de dos variedades que son parte fundamental de su historia, la Garnacha Negra y la Garnacha Blanca:

- Tipicitat: Atractivo color cereza, limpio y brillante. De aroma intenso a torrefactos, tostados, muy elegante con notas de frutas rojas y negras maduras. Finas notas a especiados, cacao, fondo a confitura y mineral. En boca es elegante, concentrado y carnoso. Taninos maduros. Tiene un postgusto largo y intenso. ¡Comprar!

- Primicia Chardonnay: De color amarillo pálido con tonos verdosos. Inensidad aromática a fruta tropical propia de la Chardonnay. En boca es fresco, sabroso y con una buena acidez. Final largo y estructurado. ¡Comprar!

- Vall Major Rosado: De color rosa cereza brillante. Con aroma de caramelo de fresa ácida, frambuesa, golosinas y rosas rojas. Ataque muy goloso, donde destacan las frutas rojas como la fresa, la sandia y golosinas, con una buena acidez que le otorga una elegante frescura de persistencia larga. ¡Comprar!

Abrir una botella de Celler Batea es destapar un pedazo de historia del vino.

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