Desde tiempos inmemoriales, el mundo del vino ha estado envuelto en un manto de tradiciones y protocolos que han perdurado a través de los años. Para aquellos que se adentran en el arte del servicio del vino, seguir estos diez mandamientos del protocolo es esencial para asegurar una experiencia exquisita y sin contratiempos. Aquí están:

1. El vino será almacenado y servido a una temperatura adecuada, preservando su integridad y sabor.

2. El calado de la etiqueta será un ritual respetado, evitando mancharla y manteniendo su presentación intacta.

3. Se evitarán gestos bruscos al servir, asegurando que cada gota llegue al cristal sin derrames.

4. El descorche será ejecutado con destreza, evitando que el corcho contamine el vino.

5. La elección de la copa será determinante, seleccionando la adecuada para cada tipo de vino.

6. El llenado de la copa será moderado, permitiendo al vino respirar y expresar sus aromas.

7. Se presentará la botella al anfitrión o invitado principal, otorgándole el honor de degustar primero.

8. La etiqueta de la botella permanecerá a la vista, facilitando la identificación y apreciación del vino.

9. Se ofrecerá a los comensales una muestra inicial para su aprobación, garantizando su satisfacción.

10. La comunicación sobre el vino será objetiva y precisa, brindando información sin influir en la elección del comensal.

Estos mandamientos del protocolo en el servicio del vino aseguran una experiencia refinada y respetuosa tanto para el vino como para los comensales.